¿ Cuántas veces has vivido la sensación de haber podido cambiar el destino si hubieses hecho un simple gesto una acción o hubieses dicho algo contundente a tiempo?
Cuántas veces has visualizado en tu mente esas situaciones y te has hecho la pregunta, y si hubiese................
Cuando tienes la obligación de hacer y decidir acciones para evitar situaciones, te das cuenta de que vives sobre un alambre, sin mas ayuda que tu experiencia. Esa que te da las ordenes buenas en los momentos adecuados.
En el fútbol como en la vida, hay cosas inevitables, momentos e instantes imposibles de cambiar y esos son los bonitos, son la esencia. Esa décima de segundo, ese milímetro, ese suspiro, que te da paso a la gloria o al olvido.
Suena duro pero los porteros nos acostumbramos a eso. En la portería hay instantes imposibles, lugares tan lejanos para un portero que sólo en los sueños más inspirados suceden las paradas milagrosas, inalcanzables para los mortales. Es ahí cuando nos dan la gloria. Nunca dejemos de soñar en esas paradas, en ese balón a la escuadra donde la gente canta gol y entonces aparece por sorpresa para ellos, una mano que da sentido a nuestra "locura". Nuestro defecto de profesión es que vivimos con esos sueños donde nada es imposible y que a cada balón nos imaginamos esa mano salvadora y vamos tras él con la certeza de atraparlo, confirmando vuelta a la realidad, ese gol inevitable muchas veces y entonces pasamos al olvido. Aparecen las famosas cuestiones de: y si hubieses ido..... o si hubieses hecho......o si hubieras estado.....
Hay veces que las cosas son así de simples y no tienen explicación, por más que queramos y nos empeñemos en encontrar una respuesta. Algunos la tendrán pero sólo si alguna vez se han puesto unos guantes.
Hay veces que las cosas son así de simples y no tienen explicación, por más que queramos y nos empeñemos en encontrar una respuesta. Algunos la tendrán pero sólo si alguna vez se han puesto unos guantes.
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